La imaginación es el aliciente del miedo
¿Recuerdas el terror que sentías cuando eras pequeño?
Sí, aquella extraña sensación que sentías cada noche al irte a dormir. Que te desvelaba por completo y que hacía que escondieses tu rostro bajo las sábanas. Que para ti eran una barrera infranqueable contra todo tipo de males. Ahora me gustaría volver a esa inocencia, donde nuestra única preocupación y nuestro único miedo era un montón de ropa encima de una silla. Que la tenebrosa y espectral luz de luna hacía que cobraran vida nuestras peores pesadillas. Eso, comparado con el mundo real al que nos enfrentamos ahora, no es nada. Antes olvidabas todo a la mañana siguiente, cuando el sol volvía a lucir en el cielo. Pero al crecer te das cuenta que tus problemas han crecido contigo. Y que al despertar siguen estando ahí, esperando a ser solucionados. Porque esa es la única forma de que desaparezcan. Esta vez no podrás cubrirte bajo tus mantas. Esta vez tendrás que dominar tu miedo, levantarte y encender la luz. Y darte cuenta que aquello que temías no eran más que imaginaciones tuyas.
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